SESIÓN DE AVENTURA:
MONICA Y ALBERTO
Buscar una ubicación para una sesión de aventura no es tarea fácil. Llevaba tiempo oyendo hablar de esta cueva situada en la base de un acantilado junto al mar y a la que sólo se puede acceder cuando la marea esta baja. Según decían era impresionantemente, había sitios donde tenía casi 60 metros de altura y sus paredes tenían unos colores alucinantes. Así qué cuando les comenté Mónica y Alberto la posibilidad de hacer su sesión aventura allí no lo dudaron ni un momento.
Nos informamos bien de la ruta a seguir y el primer día que la marea baja coincidió con el atardecer nos lanzamos a hacer la sesión.
Bajamos con precaución por el camino que descendía el acantilado, localizamos la entrada y nos fuimos para adentro.
Al principio la cueva no era muy amplia pero en nada se hace inmensa y te deja boquiabierto. Era mucho mas espectacular de lo que nos habíamos imaginado, así que pasamos unos minutos en silencio disfrutando de ella. Había que disfrutar de esta obra de arte que la Naturaleza ha ido creando durante miles de años no tiene precio.
Después de pasar cerca de media hora en el interior haciendo fotos, decidimos salir para fuera para continuar con la sesión. El atardecer estaba en todo su esplendor, así que lo aprovechamos a tope y cuando el sol se escondió por detrás del horizonte poco a poco fuimos subiendo hacia nuestros coches mientras comentábamos la experiencia que acabábamos de vivir y que creo que ninguno de los 3 olvidaremos nunca.
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